jueves, 13 de septiembre de 2012

La balneoterapia ofrece posibilidades para la rehabilitación de lesiones deportivas

Desde los albores de la humanidad, la utilización de aguas minero-medicinales para aliviar o curar enfermedades ha sido una constante. Incluso entre los animales puede apreciarse el instinto que les lleva a bañarse en ciertas charcas o a revolcarse en lodo para curar heridas o, simplemente, para desparasitarse.

Los restos encontrados en antiguos asentamientos romanos y árabes demuestran cómo ambas culturas ya utilizaban las aguas minero-medicinales con fines salutativos.

COMPOSICIÓN DE LAS AGUAS E INDICACIONES
Tal como recuerda el doctor Jesús Antonio Llorente González, miembro del equipo médico del Balneario de Fitero, dependiendo de su composición, las aguas están indicadas para tratar distintas dolencias. "Las aguas clorurado-sódicas son adecuadas para patologías osteo-articulares, como artrosis, artritis, mialgias, contusiones, contracturas musculares, neuropatías... Las sulfuradas están indicadas para los problemas de piel, mucosas y afecciones digestivo-respiratorias. Por último, la aguas bicarbonatadas se recomiendan para alteraciones digestivas, renales, etc." Además del tipo de agua, apunta, resultan fundamentales para el tratamiento los servicios complementarios que ofrezca el balneario, como baños, saunas, piscinas, chorro a presión, fangoterapia, fisioterapia, etc.

Por otra parte, añade el facultativo de Baños de Fitero, "buscar el momento idóneo es lo más importante para la rehabilitación de lesiones deportivas. Una buena ocasión pueden ser los periodos cortos de descanso durante la competición, cuando se puede ayudar al deportista a mantener su nivel de rendimiento. Otro momento adecuado es el final de temporada, para recuperarse de lesiones sufridas: contusiones, esguinces, contracturas, fracturas..."

EFECTOS DE LAS DISTINTAS TÉCNICAS
De manera resumida, el doctor Jesús Antonio Llorente describe los efectos de las distintas técnicas en los tratamientos con fines rehabilitadores:
- Sauna húmeda: ejerce un efecto positivo sobre el aparato cardiovascular y respiratorio, mejorando el intercambio de sangre en los diferentes tejidos, acelerando la oxigenación muscular y relajando las contracturas.
- Baño caliente: analgésico y relajante, ejerce un efecto tranquilizante sobre el sistema neurovegetativo. Aporta sales minerales para cartílago y hueso.
- Piscinas: ayudan a rehabilitar articulaciones afectadas y lesiones osteo-musculares (fracturas, contusiones).
- Masaje: elimina sobrecargas musculares y mejora el metabolismo sobre ellos, activando la circulación sanguínea.
- Fangoterapia: tiene efectos analgésicos, antiinflamatorios y relajantes, así como de aporte de sales.
- Fisioterapia: la combinación de técnicas de hidroterapia con la rehabilitación, dirigida por el equipo médico y fisioterapeutas, permite a los deportistas acercarse al balneario en cualquier época del año.


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